
El pasado viernes 2 de julio, un siniestro ocurrido en el norte de Bogotá sorprendió al país desde muy temprano. Las primeras hipótesis daban cuenta de un vehículo que se había caido de un puente en la calle 94 y lamentablemente le arrebató la vida a un motociclista que pasaba por el lugar.
Más tarde se conoció la verdad. La camioneta involucrada en el hecho no se cayó del puente, su conductor iba con exceso de velocidad y presentaba alto estado de embriaguez, una mezcla mortal para cualquier usuario de la vía.
¿Qué hubiera pasado si este conductor hubiera respetado el límite de velocidad de esta vía (50 km/h)? Probablemente su estado de alicoramiento no lo hubiera dejado reaccionar a tiempo, pero el impacto que recibió el motociclista hubiera sido menor y con posibilidades de salvarse.
Aunque en Colombia no se conocen cifras exactas de cuántas personas fallecen al año en siniestros donde la velocidad está involucrada, basta con ver las circunstancias en las que ocurren esos hechos para darse cuenta de que ésta es una causa latente.
La velocidad mata y no hay indicios claros de acabar con este mal. ¿Cuántas víctimas más se necesitan para dejar de tolerar este exceso? La física y hasta la misma lógica son tan claras en mostrar los efectos negativos de esta enfermedad silenciosa que ataca al mundo y que, aun teniendo cura, nos falta mucho para tratarla.
¿Qué podemos hacer al respecto?
En Colombia, no existe una ley clara que permita gestionar la velocidad en pro salvar vidas, siguiendo las bases de la política global Visión Cero. Decenas de organizaciones trabajan desde hace más de una década en un proyecto legislativo que proteja a los actores más vulnerables en el tránsito. Llegó el momento de hacerle frente a esta problemática de salud que cada año cobra la vida de más de 6.000 personas en el país.
Planes de gestión de la velocidad en las ciudades con el mayor número de víctimas fatales, establecer una velocidad límite de 50 km/h en vías urbanas y reglas claras en cuanto a seguridad vial, son algunas de las propuestas. ¿Quieres unirte a esta iniciativa? Conoce el proyecto: Conduce a 50, vive al 100.